Wednesday, December 28, 2005

REIR LLORANDO
Juan de Dios Peza

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra, y el más feliz..."
Y el cómico reía.

Víctima del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso
llegóse un hombre de mirar sombrío:
"Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío".

"Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importa mi nombre ni mi suerte.
En un eterno spleen, muriendo vivo,
y es mi única ilusión la de la muerte".

-Viajad y os distraeréis.
-¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad.
-¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer.
-¡Si soy amado!
-Un título adquirid.
-¡Noble he nacido!
-¿Pobre seréis quizá?
-Tengo riquezas.
-¿De lisonjas gustáis?
-¡Tantas escucho...!
-¿Qué tenéis de familia?
-Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios?
-Mucho... mucho...
-De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos
yo les llamo a los vivos, mis verdugos.


-Me deja -agrega el médico- perplejo vuestro mal,
y no debo acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo:
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
-¿A Garrik?

-Sí, a Garrik...
La más remisa y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa,
¡tiene una gracia artística asombrosa!

-¿Y a mí me hará reír?
-¡Ah sí, os lo juro!;él sí, nada más él,
mas... ¿qué os inquieta?

-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!...
cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devorael alma llora,
cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.
LA CANCION DEL PIRATA
José de Espronceda

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.

Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;

y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:
Navega, velero mío sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho a despecho del inglés
y han rendido sus pendones
cien naciones a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Allá; muevan feroz guerra ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa, sea cualquiera,
ni bandera de esplendor,
que no sienta mi derecho
y dé pechos mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de "¡barco viene!"
es de ver cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas yo dividolo cogido por igual;
sólo quiero por riqueza la belleza sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río, no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío

Y si caigo,¿qué es la vida?
Por perdida ya la di,
cuando el yugo del esclavo,
como un bravo, sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


Son mi música mejor aquilones,
el estrépito y temblor de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno al son violento,
y del viento al rebramar,
yo me duermo sosegado,
arrullado por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Friday, November 25, 2005

LOS MOTIVOS DEL LOBO
Ruben Darío

El varón que tiene corazón de lis, alma de querube, lengua celestial,
El mínimo y dulce Francisco de Asís está con un rudo y torvo animal,
Bestia temerosa, de sangre y de robo, las fauces de furia, los ojos de mal:
El lobo de Gubbia, el terrible lobo.

Rabioso ha asolado los alrededores, cruel ha deshecho todos los rebaños;
Devoró corderos, devoró pastores, y son incontables sus muertes y daños.
Fuertes cazadores armados de hierrosfueron destrozados.

Los duros colmillosdieron cuenta de los más bravos perros,
Como de cabritos y de corderillos.

Francisco salió: al lobo buscó en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera enorme, que al verle se lanzó feroz contra él.
Francisco con su dulce voz, alzando la mano, al lobo furioso dijo:
-"¡Paz, hermano lobo!"

El animal contempló al varón de tosco sayal;
Dejó su aire arisco, cerró las abiertas fauces agresivas y dijo:
-"¡Está bien, hermano Francisco!"
-"¡Como! -exclamó el santo-. ¿Es ley que tu vivas de horror y de muerte?
¿La sangre que viertetu hocico diabólico, el duelo y espantoque esparces,
El llanto de los campesinos, el grito, el dolor de tanta criatura de Nuestro Señor?
¿No han de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te han infundido acaso su rencor eterno Luzbel o Belial?

"Y el gran lobo, humilde:
-"¡Es duro el invierno, y es horrible el hambre!
En el bosque helado no hallé qué comer, y busqué el ganado,
Y en veces comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador sobre su caballo, llevando el azoral puño;
O correr tras el jabalí, el oso o el ciervo; y a más de uno vi mancharse de sangre,
Herir, torturar, de las roncas trompas al sordo clamora los animales de Nuestro Señor.
Y no era por hambre que iban a cazar".

Francisco responde:
-"En el hombre existe mala levadura. Cuando nace viene con pecado.
Es triste. Mas el alma simple de la bestia es pura. Tú vas a tener desde hoy qué comer.
Dejarás en paz rebaños y gente en este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!"

-"Está bien, hermano Francisco de Asís".
-"Ante el Señor, que todo ata y desata, en fe de promesa tiéndeme la pata".
El lobo tendió la pata al hermano de Asís, que a su vez le alargó la mano.
Fueron a la aldea.
La guente veía y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero, y, bajo la testa,
Quieto lo seguía como un can de casa, o como un cordero.

Francisco llamó a la gente a la plaza y allí predicó.
Y dijo: -"He aqui una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo, me juró no ser ya nuestro enemigo,
Y no repetir su ataque sangriento.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento a la pobre bestia de Dios".
-"¡Así sea!"-, contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal de contentamiento, movió la testa y cola el buen animal,
Y entró con Francisco de Asís al convento.

Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo en el santo asilo.
Sus bastas orejas los salmos oían y los claros ojos se le humedecían.
Aprendió mil gracias y hacía mil juegos cuando a la cocina iba con los legos.
Y cuando Francisco su oración hacía, el lobo las pobres sandalias lamía.
Salía a la calle, iba por el monte, descendía al valle,

Entraba en las casas y le daban algode comer.
Mirábanle como a un manso galgo.

Un día, Francisco se ausentó.
Y el lobo dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo, desapareció,
Torno a la montaña,y recomenzaron su aullido y su saña.
Otra vez sintióse el temor, la alarma, entre los vecinos y entre los pastores;
Colmaba el espanto los alrededores, de nada servían el valor y el arma,
Pues la bestia fiera no dio treguas a su furor jamás,
Como si tuviera fuegos de Moloch y de Satanás.

Cuando volvió al pueblo el divino santo,
Todos lo buscaron con quejas y llanto,
Y con mil querellas dieron testimonio de lo que sufrían y perdían tanto
Por aquel infame lobo del demonio.

Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montañaa buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.
-"En nombre del Padre del sacro universo, conjúrote" -dijo-
"¡Oh, lobo perverso!, a que me respondas:
¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta. Te escucho".

Como en sora lucha, habló el animal, la boca espumosa y el ojo fatal:
-"Hermano Francisco, no te acerques mucho
Yo estaba tranquilo allá en el convento,

Al pueblo salía, y si algo me daban estaba contento y manso comía.
Mas, empecé a ver que en todas las casas estaban la envidia, la saña, la ira,
Y en todos los rostros ardían las brasas de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos se hacían la guerra,
Perdían los débiles, ganaban los malos,
Hembra y macho eran como perro y perra,
Y un buen día todos me dieron de palos.

Me vieron humilde, lamía las manos y los pies.
Seguía tus sagradas leyes,
Todas las criaturas eran mis hermanos,
Los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
Hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fue como una agua hirviente,
Y entre mis entrañas revivió la fiera,
Y me sentí lobo malo de repente;
Mas siempre mejor que esa mala gente.
Y recomencé a luchar aquí, a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí, que para vivir tienen que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
Déjame existir en mi libertad,vete a tu convento,
Hermano Francisco, sigue tu camino y tu santidad".

El santo de Asís no le dijo nada.
Le miró con un profunda mirada,
Y partió con lágrimas y con desconsuelos,
Y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
Que era: "Padre nuestro, que estás en los cielos...

Wednesday, November 23, 2005

TÁCTICA Y ESTRATEGIA.
Mario Benedetti

Mi táctica es mirarte aprender como sos
Quererte como sos .
Mi táctica es hablarte y escucharte
Construir con palabras un puente indestructible.

Mi táctica es quedarme en tu recuerdo
No sé cómo ni sé con qué pretexto pero quedarme en vos.
Mi táctica es ser franco y saber que sos franca
Y que no nos vendamos simulacros
Para que entre los dos no haya telón ni abismos.

Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple
Mi estrategia es que un día cualquiera
No sé cómo ni sé con qué pretexto
Por fin me necesites